Phantom Blade: Executioners es un ARPG en el que visitaremos un particular mundo de estética anime que está siendo asediado por numerosas fuerzas oscuras. Nuestro objetivo principal dentro de este título será el de evitar que las sombras y los demonios sigan haciéndose con el control de todos los escenarios que componen el mapa.
Dentro de Phantom Blade: Executioners podremos hacer uso del potencial de dos guerreros que se nos presentan antes de iniciar nuestra primera partida. En función del protagonista con el que vayamos a emprender nuestro viaje dispondremos de unas habilidades u otras. En cualquier caso, desde los primeros niveles nos encontraremos con ataques muy dinámicos que combinados entre sí nos permitirán acabar hasta con los rivales más exigentes.
Phantom Blade: Executioners nos ofrece gráficos muy llamativos que nos adentran, en dos dimensiones, dentro de la cuidada ambientación de este universo. Para controlar a nuestro personaje bastará con ir tocando sobre el "stick" direccional que nos permitirá movernos por cada escenario. Al mismo tiempo, en la parte derecha de la pantalla nos encontraremos con diferentes botones de acción mediante los que atacaremos a todos los enemigos que pretenden frenar nuestra progresión.
Hay que tener en cuenta que desde la parte superior de la pantalla también podremos acceder a un inventario desde el que tendremos opción de activar habilidades extra. De todos modos, para deshacernos de las fuerzas oscuras más poderosas será imprescindible ir generando cadenas largas de ataques con los que incrementaremos exponencialmente el potencial de cada guerrero.
Phantom Blade: Executioners nos presenta un universo muy atractivo que nos hará formar parte de esta historia repleta de personajes y enemigos a los que batir. Utilizando afiladas catanas y numerosos ataques podremos avanzar por cada camino mientras dejamos atrás a todos los entes oscuros que pretenden llenar de sombras cada bosque.
Requisitos (Última versión)
- Requiere Android 5.1 o superior
Comentarios
La traducción está graciosa